Tulia Moriyón
- Victor Puerta
- 27 ago 2024
- 3 Min. de lectura
A lo largo de nuestra vida se pueden presentar muchos obstáculos y no para todos de la misma manera, es decir, para algunos los problemas pueden aparecer al independizarse, a otros al conseguir empleo, algunos desde jóvenes y otros desde pequeños que tienen dificultades que los hacen crecer y madurar antes de tiempo.
La historia que contaré en este artículo sobre la madre de una amiga en Venezuela que ya conocen por mi Instagram y que también hablé de ella en uno de mis artículos: María Fernanda Padilla y es de la luchadora, sobreviviente y de energía muy positiva: Tulia Moriyón.

Nacida en San Cristóbal, capital de la provincia de Pinar del Río en Cuba y con tan solo 69 años de edad es la única hija (mujer) de tres hijos. A su vez, es graduada como Profesora de Castellano y Literatura teniendo una Especialización en Investigación Lingüística y Literaria y y una Maestría en Gerencia de Sistemas Educativos. Actualmente es correctora gramatical y de estilo; asesora en diseño y producción de materiales educativos impresos. Actualmente reside en España debido a las complicaciones en Venezuela.
"Compartir aprendizajes no es sólo mi profesión, es mi vocación, mi pasión y una de las mayores misiones en mi vida".
La historia de Tulia inicia cuando apenas tenía 7 años de edad en Cuba y sus padres tuvieron que enviarla a ella junto con su hermano mayor (9 años) a Panamá con su familia materna pues con miras a garantizar la Revolución estaban enviando a los niños mayores de 4 años a Rusia para adoctrinarlos, "...gracias a Dios, se fueron dando las circunstancias para que salieran mi padre primero y mi madre con mi hermano menor después", agregó. Finalmente su padre con el tiempo se mudó a Venezuela en donde con mucho trabajo duro pudo llevarse a todos con él al país caribeño en donde pasaron la mayor parte de su vida.
Moriyón cuenta con 2 hijos a quienes ama inmensamente: María Fernanda Padilla y Rafael Eduardo Padilla, "...mi experiencia como madre ha sido maravillosa, dentro de mis limitaciones he tratado de ser una buena madre y he disfrutado cada etapa de la vida de mis hijos, compartiendo con ellos todo lo posible, tratando de que pudieran también construir su individualidad", mencionó.
Cuando mi madre enfermó de cáncer una de las personas que estuvo pendiente y apoyando fue María Fernanda y quien en algún momento me mencionó que la señora Tulia había padecido la misma terrible enfermedad y citaré de manera textual lo que mencionó esta increíble luchadora:

"Realmente el cáncer es una dura enfermedad, que golpea no sólo el cuerpo, sino también el alma. Yo me enteré de que la tenia de una manera abrupta, en un control cotidiano y debí esforzarme mucho para procesar la información. Pero, por suerte, mis padres me criaron en la Fe y lo primero fue aferrarme a Dios. Basada en mi certeza de que El estaba conmigo, tuve la seguridad de poder luchar y vencer. Agradecí a Dios que me diera la oportunidad de probar mi fortaleza y consideré que alguna misión tenía Dios prevista para mí. Creé mi estrategia bio-psico-social, basada en la fe. Lo “bio” (mi cuerpo) lo puse en manos de la ciencia, siguiendo al pie de la letra las indicaciones médicas y sometiéndome a los fuertes tratamientos de quimio y radioterapia; lo “psico” (mi actitud) lo manejé manteniendo siempre el optimismo, la confianza, la creencia en mi propio potencial para sanar), el buen humor… Y continuando mi vida como si no tuviera ese acompañante tan cruel; lo “social” (mi entorno) fue un insustituible aliado: mi familia siempre al pie del cañón, mis amigos y compañeros, las redes sociales (testimonié mi proceso en mi página de FB y recibí montones de energía y buenas vibras). No fue fácil… fueron tres operaciones, 38 quimios, 36 radios, infinidad de incómodos exámenes, pero todo estuvo rodeado de Amor".
A la señora Tulia la caracterizan muchas cualidades como su perseverancia, su capacidad de dar amor, su fortaleza espiritual, agradecimiento por la vida y su actitud positiva ante las adversidades. Digna de admirar.
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